Parece que se ha terminado el otoño. Pero sólo lo parece porque aunque no son muchas, todavía quedan hojas en los árboles. El roble está pletórico, el espino  pierde hojas rápido y las hayas las han depositado en el suelo para que nosotros las pisemos.

hayedo de la Boyería

desde luego pasear por un bosque así, aunque llueva, es un placer. Luego llegas a las cabañas y te encuentras un calorcito con olor a cryptomeria que relaja.


una buena ducha, una comida en la mesa viendo las bonitas vistas que tenemos...


Bueno, esta precisamente no es la que tenemos desde las cabañas, pero cerca sí. Las vacas están y el Mampodre también. Pero esta foto está sacada desde la charca del Hoyo.


Terminada la sesión de descanso nos queda contemplar el color de los cerezos de flor en torno a las cabañas.  Al sol y a contraluz brillan como nadie y lucen como pocas. Ahora son pequeños, cuando crezcan será un espectáculo otoñal distinguido.


Esta sí es la vista que vemos desde las cabañas, y aunque la foto es del 4 de noviembre, hoy, 15, está igual, aunque con un poco más de cierzo.

El valle, con el pico de la Collada a la izquierda aparece cubierto de un ligero manto blanco. Es provisional, porque las grandes nevadas que lo harán consistente todo el invierno, no llegarán hasta finales de diciembre.


 Las hayas que tenemos plantadas nos ofrecen sus mejores galas en estos días.

El otro día, sin ser tiempo de berrea, apareció esta pareja de ciervos por el monte de la Biesca. Desde las cabañas se pudieron ver, eso sí, con unos prismáticos.

Ya sabéis, las cabañas están deseando que descubráis sus encantos y las maravillas que ofrecen estos valles y en especial el pueblo de Maraña.

¡¡Os esperamos!!